En este apunte de vidas marginales cuya metáfora es un coche abandonado –Chevrolet (Javier Maqua, 1997)-, Carlos da voz al ciudadano común, cargado de prejuicios.
Los asistentes a un funeral esperan junto al coche y descubren durmiendo en su interior a Gaspar, el mendigo interpretado por Manuel de Blas. Uno de ellos es Carlos. que aprecia al actor porque solía encontrárselo desayunando en el Sidi, en la esquina de las calles Barco y Colón, en compañía de su mujer, Patty Sheppard.
La intervención es poco más que una figuración con frase lo que le relega al último puesto del rodillo, el vigésimo séptimo. Aunque figura como “Hombre Luto”, Carlos viste chupa de cuero y su “paraguas”. El adminículo es en realidad un sombrerito de pana que mercó harto de olvidarse los verdaderos en cualquier sitio o de que en los días de viento se le descuajaringasen las varillas.