estrellas de reparto: manuel alexandre, príncipe tremolante

El cinematógrafo fabrica a los galanes en serie, sólo los actores de reparto son únicos.

Uno por las hechuras, otro por un gesto, aquel por el acento. A Manuel Alexandre le hace único su voz tremolada.

Trémolo de ebriedad, hecho para la juerga de la noche inacabable.

De pronto, la banda sonora se desgarra. Como los flamencos, Alexandre tiene su propio “quejío” que en el momento del quiebro alcanza su más alto color.
En la orquesta del reparto, donde otros habrían dado el do profundo de fagot subterráneo, pone Alexandre su nota de clarinete aéreo.

Cuando Alexandre pregona las amarguras de su soltería y maldice sus calaveradas es cuando su voz alcanza su acento más puro.

Como fue compañero de Fernando Fernán-Gómez en el aprendizaje del oficio en tiempos de la Guerra Incivil, ha sido este el que más partido ha sabido sacarle.

Pero también Juan Antonio Bardem y Luis G. Berlanga le han regalado personajes en los que su voz entonara en el desentono general del esperpento.
Para el tipo patético de la tragedia grotesca, que es unas de las especialidades de la casa, Alexandre sabe poner como nadie la mirada tierna de perrillo zalamero.

Cuando tiene dinero gasta Alexandre una pajarita que es como una hélice aeronáutica.

Desde la altura a la que le eleva su pajarita, los personajes que interpreta sobrevuelan por encima de otros compañeros de reparto con más papel.
El secreto de su longevidad profesional está, seguro, en la limpieza del aire que allí arriba se respira.

En estos momentos la humanidad de Manuel Alexandre pide a gritos que le llamemos Manolo.

En el reino de los Manolos metidos a actores de reparto, Morán es el rey, pero Alexandre será siempre el príncipe tremolante.

Deja un comentario