madrugoncete. 22 de octubre de 2002

Así lo dice Carlos: “el madrugoncete”. Se ha levantado a las seis de la mañana, pero gracias a un truco suyo ha dormido una hora más. El truco consiste en poner el despertador una hora antes de la de levantarse y volverlo a poner entonces para que suene una hora después. ¡Voilá! Por arte del birlibirloque ya estás durmiendo una horita de propina.

Como Pepón no conoce el truco está al borde del colapso. Ayer, al saber que había que madrugar, ponía en cuestión la necesidad de grabar a Carlos en el trabajo.

En realidad, una vez superado el madrugón y el ratito de coche hasta un Centro Comercial en la carretera de Andalucía, hemos resuelto con relativa rapidez. Iban a rodar en el interior de unos aseos. En el de caballeros estará el set, en el de féminas, el maquillaje. Cuando nosotros llegamos Carlos ya está allí. Aún no ha amanecido. Hace frío. Carlos tiene que esperar y le han metido en un coche, con el abrigo y el sombrero puestos. Marta, una de las chicas de producción, le trae un café con leche en un vaso de plástico.

Esperamos.

Entramos en maquillaje con él. La maquilladora nos mira con suspicacia pero del intercambio verbal con Carlos no va a valer nada porque el ruido del secador del peluquero domina todo. En cinco minutos está liquidado. Hace un comentario sobre su pelo, que cuando era más joven era más fuerte y habla algo del personaje de Sansoncito.

Hay que esperar un poco más. Le llevan a otro coche, más moderno, pero más pequeño. Entramos con él. La referencia al camarote de Una noche en la ópera (Sam Wood, 1935) es inevitable… aunque nadie pide dos huevos duros. Nos cuenta que le ha seleccionado Boadella para hacer de jefe de camareros de El Pardo en una película que va a hacer sobre Franco.

Mientras charlamos el cristal se cubre de vaho y Carlos recuerda el frío que ha pasado en los autobuses y el truco que le enseñó su padre para que los pies no se le congelaran en aquellos viajes. Consejos de cómico, más que de padre, para afrontar los problemas de la vida: el Frío, el Hambre, el Sueño y la Soledad… La materia, decía el príncipe Antonio de Curtis, en arte Totò, de la que se hacen las comedias.

Entre anécdotas nos cuenta que su hermana, bien fuera por los recuerdos, bien porque su marido se burlara de sus cualidades de actriz, se quedó llorando el otro día en Valladolid. Tengo que llamarla.

Vienen a buscar a Carlos para un ensayo. Le acompañamos hasta dentro pero sólo Arri, con la cámara, pasa al set; no en vano conoce a Miguel Martí, el director, y a su ayudante, Sergio. No queremos incordiar.

Pepón está con un trancazo tremendo así que cuando sale Arri damos la jornada por concluida. Hemos quedado con Carlos pasado mañana, jueves, en El Xares a las once de la mañana. Le hemos dicho que a las diez pero nos ha pedido una hora más. Cuando hemos mencionado el recorrido por el barrio para finalizar en El Palentino, un nuevo ataque de pudor –y van…-. El Palentino no le parece el sitio más adecuado, pese a haber pasado allí la mitad de los últimos años. Insiste en que no le importa pero que es mejor buscar otro sitio.

Veremos.

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