sé adónde voy. 31 de agosto de 2003

Como en la película de Powell y Pressburger: sé adónde voy.

La escena de la huida de la pensión me ha dado la idea. La paradoja de una vida en fuga, de la que su protagonista asevera tener asido firmemente el timón, ha sido el detonante para una nueva reunión con Pepón.

Las tres y media del último día de agosto. Quedo con él en el Café de San Millán, a un tiro de piedra de Cascorro y con todo el jaleo dominical del Rastro en plena ebullición. Hacemos lo posible por abstraernos de la televisión, las tragaperras y los compradores sedientos de cerveza y ávidos de tapita de paella y buscamos un nuevo camino en el que dejamos de lado la parte más teatral del proyecto y optamos por la ficción sin paliativos. De este modo, la historia de Carmiña, aquella novia coruñesa, tendrá el formato de un cortometraje en el que se cuenta una historia de amor fugaz.

Fantaseo con la posibilidad de plantear incluso una ficción en torno a la enfermedad del padre, pero tendríamos que dejar fuera historias tan jugosas como la de “Comprometido en homicidio” o la del primo boxeador y eso sí que no.

Nos ponemos a ello. A ver qué sale.

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