teatro lírico español

Carlos conoce a José Perera de la época de Los Ases Líricos y, luego, de su estancia en el Teatro de la Zarzuela formando parte del coro junto a su padre. En 1956, cuando se reabre el coliseo de la calle Jovellanos, José Parera dirige el Coro Cantores de Madrid, del que es titular. Ahí comienza la relación con José Tamayo, quien le encomienda el reclutamiento y dirección del nuevo coro. No es raro por ello que cuando Tamayo arranque, en 1966, con los espectáculos denominados genéricamente Antología de la Zarzuela, Parera sea de nuevo el encargado de reclutar coros.

El éxito es considerable y Fráncico García Pavón desde las páginas del diario Arriba (7 de agosto de 1966) alaba tanto los elementos formales –con mención especial al valor que se ha dado a los suelos, concebidos para los espectadores que ven el espectáculo desde las gradas altas-, como la fórmula antológica que permite mostrar al público grandes momentos del teatro lírico español sin necesidad de aburrir al respetable con otros menos logrados. El reverdecimiento de la popularidad del género, lleva a TVE a proponerle al veterano Juan de Orduña un ciclo de adaptaciones televisivas, rodadas en soporte fotoquímico y sin regatear medios. Son trece títulos a producir entre 1967 y 1970 incluidos en el ciclo “Teatro Lírico Español”.

La primera tacada, rodada en estudios Ballesteros, incluye: Bohemios, con Julián Mateos y Dianik Zurakowska; La canción del olvido, con Juan Luis Gallardo, María Cuadra, José Sacristán y Luchy Soto; La revoltosa, con Elisa Ramírez, José Sacristán, Antonio Casal y Marisa Paredes; y El huésped del sevillano, con María José Alfonso, Rubén Rojo y Manuel Gil. Carlos recordaba que Parera los convocó para estos rodajes y que intervino en el coro en alguna de ellas. Ya en primavera y verano de 1968 se acometen los rodajes que precisan de mayor número de exteriores: Maruxa, El caserío y Las golondrinas.

Bohemios se presentó con todos los honores en el Ministerio de Información y Turismo el 4 de junio de 1968 y la serie llegó a finales de año a la pequeña pantalla. Sin embargo, la intención del organismo público de estrenarlas también en cine, provocó un contencioso tanto con los actores como con el Sindicato Nacional del Espectáculo, que entendía que se establecía un peligroso precedente por la obtención de los beneficios administrativos asociados a las cintas concebidas estrictamente para su proyección en salas.

De las seis zarzuelas restantes, cuyos playbacks ya habían sido grabados bajo la supervisión de Orduña, tres entraron en producción en 1973, bajo la dirección de José Antonio Páramo, con medios de producción electrónicos y finalidad exclusivamente televisiva: Gigantes y cabezudos, Luisa Fernanda y Los sobrinos del capitán Grant. José Parera se hizo de nuevo cargo de la dirección de los coros, si bien esta vez la grabación se llevó a cabo en los estudios Chamartín, ya abandonados por Samuel Bronston.

Traigo por ello aquí el breve comentario que había elaborado sobre su intervención en Gigantes y cabezudos. Interpreta al alguacil que trae los recibos de la nueva contribución, lo que solivianta a las vendedoras del mercado y provoca la detención de Antonia (Queta Claver), la mujer del municipal Timoteo (Alfonso del Real).

La captura de Carlos en Bohemios, que encabeza esta entrada, es cortesía de Niko.