testigo azul (alucinema)

Tras Hierro dulce (1989), Francisco Rodríguez Fernández vuelve a contar con Carlos en Testigo azul (Alucinema) (1989), una de esas raras ocasiones en las que un actor habitualmente de reparto, como Agustín González, aparece encabezando el cartel. Le valió algunos reconocimientos pero no la menciona en sus recuerdos compartidos, empeñado como estaba en que el cine nunca reconoció su valía como actor.

Carlos figura en una escena en el parque, cuando la policía descubre el cadáver que pone en marcha el proceso paranoico del protagonista. Cuando éste pregunta cómo ha dado con el cuerpo la policía, Carlos le contesta que ha sido un perro: «Los perros huelen la sangre».

A esto se limita su intervención, lo que le vale el cuarto puesto en el rodillo de salida.

No he podido ver Quince (1998), película que, hasta donde uno sabe, es la última colaboración de Carlos con este cineasta extremeño.

quince

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