Cinco películas nada menos facturó Mariano Ozores en 1980. Ésta que hoy viene a la palestra era un éxito seguro que se apoyaba en sus anteriores triunfos al servicio de la pareja formada por Pajares y Esteso. Antes de acudir a un espectáculo del primero en «El Biombo Chino», Mariano y su señora se metieron en el cine Lope de Vega de la Gran Vía a ver el Rocky II de Stallone. A la salida de la sala de fiestas ya estaba en marcha el nuevo proyecto, una parodia de las películas de boxeo con Antonio Ozores como tercera pata del trío de caraduras y el púgil profesional «Dum Dum» Pacheco como asesor. El surtido de bellezas femeninas, tan generoso como cabía en una película de Mariano para la marca Ízaro, la productora de los Reyzábal.

Precisamente una de estas bellezas es la encargada de abrir la puerta de su piso a los vendedores a domicilio del detergente Pilón. Ozores resuelve en un sucinto -y a la postre cansino- plano contraplano la larga secuencia en que los vendedores ofrecen dos mil pesetas a la chica si es capaz de recitar el eslogan del producto.

Al fondo, Manolo, con una sábana anudada a la cintura, se ha llevado un susto morrocotudo porque pensaba que quien llamaba a la puerta era el marido de la chica, que es «así de alto».

Una única escena y algo más de diálogo que en otras ocasiones. Tanto con Pajares como con Esteso, por separado, había coincidido Carlos diez o doce años antes por esos mundos.