A raíz de su trabajo conjunto en Justino, un asesino de la tercera edad Carlos y Saturnino García coincidieron en una serie de repartos a mediados de los años ’90. Uno de ellos fue Alma gitana (1996), de Chus Gutiérrez.
Saturnino encarna al tío de Antonio, un conserje del Senado que ha enchufado en el bar a su sobrino Antonio (Pedro Alonso). Carlos encarna a un camarero veterano que lleva su mismo nombre. Aparece en tres o cuatro escenas para reprochar a Antonio sus retrasos y falta de formalidad en el trabajo.
Carlos sabe revestirse de cierta gravedad para la ocasión, abandonando las miradas esquivas o dejes castizos con los que aliñaba otros papeles. Aún así, tiene una buena oportunidad de lucir su vis cómica en la escena en la que el chavalote pone como excusa para ir a ver a su novia (Amara carmona), que se ha dejado abierta la espita del gas en su casa.