Atraco a las tres… y media (Raúl Marchand, 2003) intenta actualizar el argumento, las situaciones y el lenguaje del clásico de José María Forqué. La nueva versión recurre argumentalmente al lío provocado por el cambio de moneda del día 1 de enero de 2002 e, interpretativamente, a un elenco en el que figuran comediantes cinemáticoteatrales -como Iñaki Miramón y Manuel Millán- y populares televisivos -como Elsa Pataky y Josema Yuste-, sin dejar de lado sendos cameos de Manuel Alexandre -presente en el reparto original- y Chus Lampreave, en el papel de doña Vicenta, vecina despistadísima desde cuyo domicilio los aprendices de atracadores pretenden realizar un butrón hasta la cámara azorazada de la sucursal bancaria en que trabajan.
Si los escarceos amorosos se reducían en el original al pasmo que originaba la conversión de Gracita Morales en trasunto de Bonnie Parker y al inolvidable «un admirador, un amigo, un siervo» del babeante López Vázquez ante la sensacional Katia Loritz, aquí los enredos se multiplican. Durante la noche de fin de año todo el mundo parece proclive al aquí te pillo aquí te mato, incluido el vecino de doña Vicenta (Chus Lampreave), que se ha quedado al cargo de la alimentación del loro. El vecino ladino se trae al piso de doña Vicenta a una mulata (Marilyn Torres) para celebrar por todo lo alto la Nochevieja. Pues bien, éste es el papel que interpreta Carlos Lucas.
He visto la película un par de veces en pases televisivos, a salto de mata, así que, debido a esa funesta manía de las cadenas -incluso las públicas- de merendarse los rodillos de salida, no sé si Carlos figura en los títulos de crédito.
(Pues sí, sí que sale…)