En El soplagaitas (Mariano Ozores, 1981) Ramiro (Fernando Esteso) es un músico pluriempleado honestísimo que se ve obligado a trabajar como gaitero en un pub escocés con camareras en top less.
También trabaja en un estudio publicitario tocando el trombón y aguantando que lo tilden de «soplagaitas» por su bonhomía. Carlos es el locutor de un anuncio de supositorios «Vía Rápida».
Carlos hace una interpretación sentidísima del escatológico texto aunque su voz está doblada. Luce inusualmente despeinado y lleva un pañuelo negro al suelo que tampoco era parte de su vestuario. A buen seguro lo reclamó Andres Vich, el ayudante de dirección para este papelito de media sesión por el que no aparece acreditado en los títulos de crédito ni en los de salida.