estrellas de reparto: agustín gonzález, actor de carácter (fuerte)

Es Agustín González un actor de carácter especializado en personajes con carácter. Con carácter fuerte e incluso, a veces, con mal carácter.

Nada mejor para que resalten las buenas maneras del galán, que el gesto hosco y los gritos destemplados de Agustín González.

Han sido Azcona y Berlanga quienes han dibujado su personaje con trazo más firme. Tan al aguafuerte les salió el tipo que Agustín González raramente ha escapado de él. En el teatro, a lo mejor; en el cine, casi nunca.

Trueba, Garci o Fernán-Gómez han recurrido a él con asiduidad, porque saben que ese carraspeo característico tan suyo es el preámbulo de la gran interpretación, aunque el papel sea pequeño.

En el baúl en el que todos los actores guardan sus personajes, se trajo del camerino teatral al plató cinematográfico dos caracterizaciones inolvidables. La primera es la del atribulado padre de familia en tiempos fratricidas. Ahí se da uno cuenta de que el mal carácter no es congénito, sino una impostación; que Agustín González como actor cinematográfico es un comediante aplicado, concienzudo, capaz de llevar al personaje en volandas a lo largo de todo el metraje.

Para la segunda se trajo el quepis y los anteojos de don Latino de Hispalis, lazarillo de Max Estrella por un Madrid absurdo, brillante y hambriento.

En cuanto al resto, competía Agustín González con otros compañeros de generación por el récord de las doscientas películas.

Su prematura muerte –la muerte usa un viejo reloj de cuerda que siempre adelanta- no le permitió lograrlo. Tampoco podemos nosotros recordarlas todas, pero algunos momentos quedan grabados a fuego en nuestra memoria: «Lo que yo he unido en la tierra no lo separa ni Dios en el cielo».

Esta es la grandeza del actor de reparto.

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