Ámsterdam. Año 1995 o 1996. Es la primera salida al extranjero de Carlos y tiene pánico al avión. Se santigua. Cuando Txepe Lara, el productor de Justino, un asesino de la tercera edad (La Cuadrilla, 1994) le ha explicado que Saturnino García no podía ir a presentar la película a los Países Bajos, él se ha preparado a conciencia. Se ha hecho con un método que se titula “Aprenda inglés en diez días”, por un tal Roberston, y ha estado estudiando.
“Meibi-meibi, litul-litul, que no sé si está bien pronunciado pero que viene a querer decir «poco a poco». Yo les decía a los del hotel “mi espanich, inglis litul litul”. Y ellos algo me entenderían porque salió una intérprete, que era una chica mexicana y yo dije: ya respiro; por lo menos ya no me tiene que enseñar la lengua… ni yo sacársela, como le dicen a la escocesa en Los sobrinos del capitán Grant«.
“Me trataron muy bien. Luego salió una señora que creo que era la alcaldesa, peinada al estilo de la reina de Inglaterra, y me vino a saludar. Era mayor, pero muy bien peinada: con este pelo suave, con ese abultamiento de peluquería. Muy simpático todo; habían puesto unas copitas y unos canapés en la sala. Luego fuimos a ver la película. Había mucha gente española e ingleses. [Me servía de intérprete] una chica que me acompañaba, hija de españoles, pero que nació y se quedó allí, en Ámsterdam. “En síntesis, verán ustedes luego la película, que está muy graciosa, por lo que creo que se divertirán y es también una cosa humana. Y ahora les voy a hacer un número en inglés que hacía yo en España”. Y ella lo traducía. “Lo que no sé si va a poder traducir es mi inglés“. Cuando llegaba lo del tipitintontón y decía “fenimore-fenimore”, que había oído en el cine, lo completaba “no visites al doctore” para hacer la rima. Y acababa, por ejemplo, “Whisky Long John Tipitintontón”. Marta, creo que se llamaba, se lo explicaba en inglés y se reían. Yo le dije a ella que les dijera “esto no es una burla contra el inglés sino que es una parodia”.