Entre las intervenciones como actor de reparto de Carlos, el regidor de Muertos de risa (Álex de la Iglesia, 1999) es una de las más lucidas. Aparece en el plató de televisión durante la grabación del programa de fin de año de 1992, “Feliz 93”, que sirve de prólogo y colofón a la película. En la escena del principio, suenan tiros tras la puerta del plató y Álex Angulo y Lussón piden que abran las puertas. Esta especie de cortinilla nos permite descubrir a Carlos con auriculares de regidor: “Son geniales. La gente no para de reírse”, y lo rubrica con un gesto de la mano, firma de la casa.

En su segunda intervención nos enteramos de que se llama Paquito y de que su mujer le pone los cuernos. Cortesía de Guerricaechevarría y de la Iglesia, que delinean en un brevísimo intercambio salutatorio, la información suficiente como para que el personaje cobre vida.
Mientras en el control de realización irrumpe el sargento interpretado por Bonilla (“¡No me caliente, que llevo en el tanque arriba y abajo desde las cuatro de la mañana!”), Nino y Bruno viven su particular 23-F. El conejo Nino aporrea con un besugo al mago Bruno. Junto al cámara Javierín Amancio –figurante ocasional- el regidor exclama: “Esto no está en el guión. ¿Qué hacemos?”
Durante la escena final, Carlos se limita a estar junto a los agonizantes, asistiendo al casi monólogo del ATS interpretado por el vitoriano/gasteiztarra Gorka Aginagalde, con quien había compartido uniforme en Airbag.
Cinco frases y dos o tres sesiones de rodaje que le valen un vigésimo sexto puesto en el rodillo de salida.