Hemos hablado varias veces con Carlos de que en el Palacio de Linares hay fantasmas, previniéndole, porque en la Casa de América presenta Txepe [Lara] Francisca (… de qué lado estás) (Eva López-Sánchez, 2002). No hay otra explicación para que yo haya llevado la cámara sin batería. Así que no hemos podido grabar casi nada en el estreno. En el jardincillo de entrada Pepón ha tomado la llegada de Carlos con su amiga Marta y poco más.
Hemos formado una especie de embudo en el que han ido recalando “los del barrio”: Jaime, el de La Ida, que cuenta orgulloso que en un after hours del barrio ha visto colgado el “Tipo Oriental 2” y Juan, “el gitano”, el amigo cantaor de Carlos, que ha resultado ser un tipo de nuestra edad, escurrido de carnes y con un estrabismo feroz. Juan vio Justino en Logroño y cuando el cadáver de doña Pura cayó por el hueco de la escalera y se coló en el cubo de la basura gritó a pleno pulmón: “¡Triple!”. Explica que no es que quisiera faltar, que le salió del alma, y yo agradezco el elogio. Cuando le cuento que no estamos haciendo nada en concreto –Justino es su única referencia sobre nuestras andanzas- me explica que a él también le pasa cuando compone: te vuelcas tanto en la obra que te quedas como vacío y necesitas un tiempecito para recargar baterías. Lo que tendría que haber hecho yo, si los fantasmas del Palacio de Linares no hubieran estado tan hartos de gente grabando sus psicofonías.
Nos volvemos a casa, con parada técnica en La Calesera, donde Arri ha quedado con Biaffra para ir luego a una proyección de cortos en el Capitol. La proyección se retrasa, aparecen por allí los Hartos Indios, unos mexicanos a los que conocieron durante el rodaje de Perdita Durango (Álex de la Iglesia, 1997) y sólo Arri entra heroicamente al cine. Nos cuentan que van a rodar una película de ancianos asesinos. Y a Pepón no se le ocurre otra cosa que pedirles un papel para Carlos. Ellos encantados. Dice Pepón que podríamos rodar el viaje a México mientras él nos cuenta “el viaje de su vida”… Él, que nunca ha viajado… De esos documentales así como fragmentados… Cuando sale Arri, seguimos en la misma esquina de La Calesera.
La última y nos vamos.