pintores al óleo y cupones. diciembre de 2002

Dicho y hecho. Arri se ha comprometido a preparar un “rissotto fruti di mare” o como quiera que se escriba en italiano. Mientras él está embebido en los fogones Carlos y yo nos tomamos un vino y aprovecho para preguntarle por las estancias de Los Ases Líricos en Madrid. Me habla de la zarzuela “De Cascorro a Pasapoga”, con un argumento absolutamente melodramático. Sin comerlo ni beberlo, hablando de sus primas, aparece el hasta ahora incógnito primo Gonzalo, pintor al óleo. Carlos menciona una estancia en Canarias en la que él hacía de porteador del caballete y se quedaba pasmado de la facilidad de su primo como paisajista. También unos desnudos femeninos que Gonzalo regala pero no vende. Por último, al preguntarle por sus exposiciones, cuenta que aún podemos ver su último trabajo en un escaparate de una pastelería de Quevedo.

Durante la comida una llamada de mi madre, que me insta a que acuda al tanatorio. Su hermana vivía sola. Se han preocupado por ella cuando no ha acudido a una cita que había concertado a primera hora de la mañana. Cuando han llegado estaba sentada frente al televisor, con una manta sobre las rodillas. La manta seguía allí; ni siquiera intentó moverse.

Arrancamos con la entrevista pero yo no tengo el cuerpo muy cabal. Pepón toma la dirección del cuestionario y Arri surte de brandy a Carlos, lo que le suelta la lengua. Intentamos que nos explique su predilección por Chaplin y se enreda con un número que tenía en el que imitaba a Mario Moreno “Cantinflas” y con sus recuerdos del argentino Luis Sandrini. Le preguntamos por sus Memorias y la memoria; si recuerda dónde estaba el día en que Islero le pego la cornada a Manolete o cuándo murió Franco. Le pedimos que nos explique qué quiso decir cuando escribió que hay fragmentos de su biografía que no sabe si fueron interpretados o vividos. Le hacemos leer la escena del pulpo de “Los sobrinos del capitán Grant”. Jugosa la historia de la suerte, el cupón y Terele Pávez, pero no estoy ahora con ánimos.

Otra vez será.

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