Cada tanto aparece una película uno no tenía censada con Carlos en su reparto. Esto es lo que ha sucedido con ¡¡Qué gozada de divorcio…, que él confundió en un repaso de su filmografía con ¡Caray con el divorcio! (Juan Bosch, 1982) atribuyéndola a Mariano Ozores. Bueno, pues hoy queda desfecho este entuerto.

Se trata de una de tantas apariciones de una sesión en las películas de Ozores del prolífico periodo 1981-1983. Coinciden además con la serie Pajares-Esteso (juntos o por separado). Con ambos había alternado profesionalmente Carlos a principios de la década de los setenta en un espectáculo folklórico protagonizado por Rocío Jurado.
La película es un muestrario de desnudos femeninos -Ozores presume de que fue su película «más erótica»- e incide en la moraleja de que no hay mujer como la propia. Carlos interviene en una brevísima escena en la que mira con cara de asombro el tanga que ha atascado el aspirador que pasaba por el interior del taxi en el que Alberto (Andrés Pajares) acaba de consumar con su amante taxista de los viernes.

Un plano medio compartido con la estrella le permite asombrarse ante el estado del mundo a lo que Alberto replica con uno de aquellos latiguillos que por entonces hacían furor:
-¡Hay que ver cómo está el gobierno!

En el rodillo de salida Carlos ocupa la segunda posición y aparece con sus dos apellidos.
