
Nueva colaboración de Carlos con Álvaro Sáenz de Heredia: Una chica entre un millón (1993). Una comedia de circunstancias sobre el mundillo televisivo emparejada con Chechu y familia por ser ambas producciones de transición entre los productos para Martes y trece y los protagonizados por Chiquito de la Calzada.
Cuenta Carlos: «Hacía yo un sacerdote. Se va a casar Juanjo Puigcorbé con la chica y se presenta la otra [Esperanza Campuzano]. O no sé que líos. Y se desmayaba la novia. Yo iba detrás del padre y se me ocurrió en plan de morcilla: «Pero hijo… Pero padre…» Una confusión de estas cómicas».

Tanto el morcilleo como el hipotético rol de Carlos quedaron entre los descartes, en la sala de montaje. Un par de planos de referencia en los que sale de escorzo y algún otro en el que logra asomar la cabeza en el batiburrillo final son toda su aportación a esta cinta, en la que ni siquiera aparece acreditado.
Álvaro Sáenz de Heredia contó con Carlos aún una vez más en Corazón de bombón (2000), en otro de sus archisabidos papeles de mendigo.